Punto, pero seguido.

Un tiempo, un aire, una vuelta, un descanso, un parentesis. Una situación de incertidumbre, sé que no estamos juntos, no eres mio, pero yo me siento tuya. Te he esperado, aun cuando no te lo merecias. Te he esperado porque sé que merece la pena. Y aunque ahora no podamos, no confies o no sientas, yo sigo aquí. Pero algo ha cambiado, te espero, si, pero ya no cerraré ninguna puerta más por tí. Espero que el día que vengas a buscarmen, esa puerta no haya sido cerrada por otro que supo valorarme antes de perderme.