Ha acabado. Lo sabes. Y lo que es peor, lo sientes. Lo ves ya nada es como antes, su indiferencia te mata, pero finges que tu también lo ignoras. Cuando el no mira, le miras. Lo ves reir, feliz, con sus amigos y te preguntas qué falló. Que hicistes para que no te diera la oportunidad. La oportunidad de conocerte realmente, la oportunidad de demostrarle quien eres, la oportunidad de ser tu quien dibuje sonrisas en su cara.
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