Con el tiempo a los errores se les llama experiencia.

Aveces lo que creías que estaba enterrado sale a la superficie, por un recuerdo, una canción o una situación que te lo recuerda. Y es entonces cuando te das cuenta que ya no tienes rencor por esa persona que te hizo pasarlo mal, que el odio se ha convertido en pena, pena porque no esperabas que acabara así... porque aunque te cueste reconocerlo, te dejo momentos bonitos, alegres. Con el tiempo, solo con el tiempo, te das verdaderamente cuenta que es mejor quedarse con lo bueno que te aporta cada persona, te sorprendes dándole las gracias por lo malo. Porque sin darse cuenta, te ha ayudado, de cierta manera hasta le debes agradecer, ya que sin él no tendrías tan claro que NO quieres en tu vida, todavía estaría buscando la felicidad en otras personas, sin darme cuenta que la felicidad se encuentra en uno mismo.

La cruda realidad.

La verdad no son los cuentos de hadas, la verdad no es siempre un final feliz, la verdad no esta en los príncipes azules, la verdad? es mucho más emocionante. Con cada experiencia nos damos cuenta de que no existen principes, ni finales felices, ni tampoco aparece un hada convirtiendo tu calabaza en una bonita carroza. Nos damos cuenta de que la vida, el amor, las relaciones es algo más complicado. El juego es lo que nos hace mantenernos en pie, en realidad es lo que buscamos, el juego nos lleva a divertirnos, a los celos, el orgullo... todo eso es inevitable. Lo mejor que podemos hacer es difrutar del momento, y como suelo decir "la vida se vive una vez" y esa, es la cruda realidad.

Sentir.

Y derrepente pasa, pasa algo que estabas esperando desde la primera vez que lo vistes, pasa lo que estabas deseando, pero ahora lo que te invade no es el deseo ni las ganas, sino el miedo... miedo de que de nuevo te ilusiones y se vuelva a ir, de que se vaya tan rápido como llegó. Entonces te das cuenta que merece la pena, merece la pena sentir ese miedo porque así sabes que te importa, y en esta vida amigos, es más importante querer a que te quieran, porque no hay cosa más bonita que saber que a pesar de todo, todavia eres capaz de sentir.

Hacer lo que uno quiere, en vez de lo que esperan de ti.

Y vivir la vida a nuestra manera, vivir la vida de manera que cada paso que des sea sin mirar a tu alrededor, sin mirar a los demás. Siente que tu vida es solo tuya y no permitas que nadie te diga lo que debes hacer, porque al fin al cabo, vida hay solo una y sino la vives tú, nadie lo hará por ti. Sube la cabeza y siéntete orgullosa de cada paso malo o bueno que des, porque si te equivocas significará que tu si estás viviendo y de la forma que has elegido.

Mientras más prohibido sea, más aumentan las ganas.

En la vida queremos todo lo que no podemos, lo prohibido nos tienta, y eso tiene algo irresistible. Pero mientras no tenemos lo que anhelamos, sin darnos cuenta nos hacemos daño, con sueños e ilusiones que tal vez no se cumplirán. Pero tampoco vale rendirse sin a verlo intentado, porque es peor el fracaso. La cuestión es que podemos desear algo que no tenemos, pero sin llegar al punto de obsesionarse, porque al final lo prohibido es prohibido...hasta que deja de serlo…

Hay un fuego comenzando a arder en mi corazón.

Cuando algo acaba, no acaba definitivamente. Siempre queda ese sentimiento escondido en nosotros, que nos hace mirar al pasado y añorar lo que hoy echamos de menos. Incluso cuando sabemos que esto ya esta acabado no podemos evitar buscarlo. Pasan días, semanas, meses y si rebuscamos aún nos duele, el dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces. Ese es el trato. Pero ese sentimiento que hace arder tu corazón acabará desvaneciendose y todo termina como se empieza, como dos perfectos extraños...

Vivir al límite.

Gracias, desde aquí, te doy las gracias, porque me hiciste entender que la vida es un soplo de aire, que hay que vivirla al límite, aprovechar cada oportunidad porque nunca se sabe lo que puede pasar. No deberíamos perder el tiempo con sueños e ilusiones que tal vez no se cumplirán. Debemos proponernos cumplir esos sueños y hacer lo que te dicta el corazón en cada momento aunque después la respuesta no sea la que esperábamos. A veces debemos atarnos una cuerda a los pies y tirarnos al vacío sin pensar en lo que pueda pasar.